Aunque estudios observacionales han mostrado que un mayor consumo de pescado se asocia con menor riesgo de enfermedades del corazón, los ensayos clínicos han dado resultados mixtos. La American Heart Association recomienda el omega-3 para personas con enfermedad coronaria, pero no hay suficiente evidencia para su uso en prevención en personas con alto riesgo, pero sin enfermedad diagnosticada. Para aclarar esta incertidumbre, se realizó un meta-análisis con datos de 13 estudios clínicos, incluyendo más de 127.000 participantes, para evaluar los efectos de los suplementos de omega-3 en diferentes problemas cardiovasculares como infarto de miocardio, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y muerte por enfermedad cardíaca.
Los resultados mostraron que la suplementación con omega-3 se asoció con una reducción del riesgo de infarto de miocardio, muerte por enfermedad coronaria y muerte cardiovascular. También se observó una ligera reducción en el riesgo total de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, no se encontró un beneficio claro para la prevención de accidentes cerebrovasculares. Se identificó una relación entre la dosis de omega-3 y la reducción del riesgo, es decir, a mayor cantidad de omega-3 consumida, mayor beneficio cardiovascular. Un estudio en particular, el REDUCE-IT, que utilizó una dosis mucho más alta de omega-3 (4000 mg/día), mostró resultados muy positivos, pero introdujo variabilidad en los datos. Aun excluyendo este estudio, los beneficios del omega-3 siguieron siendo significativos.
Los hallazgos sugieren que el omega-3 es efectivo en la prevención secundaria de enfermedades cardiovasculares, especialmente en personas con antecedentes de enfermedad coronaria. No está claro si es útil en personas sanas para prevenir estos problemas. Además, los estudios sugieren que dosis más altas pueden ofrecer mejores resultados, aunque se necesitan más investigaciones para confirmarlo.
Como conclusión, los estudios actuales indican que los suplementos de omega-3 pueden ser una estrategia efectiva para reducir el riesgo de problemas del corazón, pero su impacto exacto depende de la cantidad consumida y del perfil de cada paciente.